La preocupación por el impacto que está teniendo la industria de la moda en el medioambiente es global pero también muy local, a unos cuantos kilómetros de la capital, en el desierto de Atacama, se encuentra el mayor vertedero de ropa usada del mundo (el 60% de la ropa importada termina allí). Moda Chile no está ajena a esta preocupación y tiene un claro posicionamiento sobre el fast fashion (o moda rápida) y en esta entrevista nos entrega algunas ideas de cómo podemos contribuir con una moda más responsable y sustentable.

Según cifras del Ministerio del Medio Ambiente, en los últimos 20 años Chile se ha convertido en el país de América Latina que consume más ropa por persona, aumentando la compra de vestuario en un 233% en ese periodo. Si en el año 2015, un chileno compraba al año 13 prendas en promedio, en el 2020 esa cifra subió a 50 productos por persona, lo que subió considerablemente la cifra de toneladas de residuos textiles generados por este consumo trepidante.

Si a este problema le sumamos que la confección de ropa y calzado es responsable del 20% de las aguas residuales y del 10% de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero, superando a lo que produce el transporte marítimo y los vuelos internacionales combinados, según Naciones Unidas, la industria de la moda se convierte en la segunda más contaminante 

¿Cuál es la posición de la Asociación sobre el Fast Fashion?

En Moda Chile vemos con mucha preocupación el impacto negativo del Fast Fashion. Esta práctica genera problemas ambientales y sociales significativos, como el sobreconsumo de materias primas que resulta en un desperdicio masivo, junto con condiciones laborales injustas y bajos salarios. Creemos que es esencial abordar estos problemas como sociedad y contribuir al cambio cultural en el consumo.

Vemos con recelo -especialmente- cómo las ofertas extremas en grandes tiendas pueden distorsionar el valor real de los productos, desvalorizando el trabajo y los recursos involucrados en la fabricación de las prendas. Abogamos por un enfoque más sostenible en la moda, fomentando prácticas éticas y responsables que respeten tanto a las personas como al medio ambiente. Promovemos con nuestros asociados alternativas que valoren la calidad, la durabilidad y la producción responsable.

Respecto al vertedero de ropa en el norte del país, consideramos que es una situación vergonzosa y ajena a los principios de la moda responsable. Este problema no está vinculado con la moda en sí misma, sino con prácticas comerciales irresponsables de algunas empresas. Es crucial destacar que la Asociación repudia este tipo de acciones y aboga por un cambio en la industria hacia prácticas más éticas y sostenibles.

¿Qué acciones promueve la Asociación para sobrellevar una producción más sostenible entre sus asociados?

Consideramos fundamental avanzar hacia prácticas de producción más sostenibles entre nuestros miembros. Sin embargo, para la mayoría de los socios alcanzar certificaciones formales de sostenibilidad es un desafío. Nuestras producciones en su mayoría son locales con escalas productivas bajas y materias primas compradas de forma local, lo que hace muy complejo entrar en un proceso de certificación de este tipo.

A pesar de esto, cada asociado está comprometido a tomar las medidas sostenibles que están a su alcance. Como gremio, estamos proporcionando herramientas y conocimientos a través de formaciones con especialistas en el tema. Buscamos desarrollar una hoja de ruta que guíe a nuestros socios hacia prácticas más sostenibles, centrándonos en la reducción de residuos y el comercio justo. Fomentamos que las marcas manifiesten sus intenciones de adoptar mejores prácticas, reconociendo y comunicando los esfuerzos hacia la sostenibilidad, lo que también agrega valor a la marca.

Desde nuestro rol de consumidores, ¿cómo podemos colaborar con la causa del slow fashion? 

Como práctica principal deberíamos hacer siempre una compra informada, reflexionar sobre nuestras elecciones de compra, priorizando la calidad sobre la cantidad y considerando el impacto social y ambiental de la prenda. Atender si la marca hace upcycling, o conlleva un trabajo de restauración y usar la creatividad en la reconversión de la pieza, por ejemplo.

¿Participan en alguna estrategia con otras asociaciones o instituciones gubernamentales para conseguir cambiar esta realidad en el sector textil?

Como asociación sin fines de lucro participamos en estrategias colaborativas con otras asociaciones y entidades gubernamentales para abordar y cambiar la realidad del sector textil. Utilizamos fondos gubernamentales que requieren consideraciones medioambientales en su ejecución. Esta colaboración nos brinda la oportunidad de buscar soluciones que mejoren las prácticas de la industria. Actualmente, estamos discutiendo entre los socios una hoja de ruta que responda a las necesidades ambientales tanto de nuestros clientes como de la industria en general.