Desde la Asociación Moda Chile creemos que la industria de la moda puede ser un motor de impulso social. Y para ello debe adoptar un enfoque holístico que abarque tanto la producción como el consumo de prendas, a través de la generación de empleos a nivel local, fomentar prácticas sostenibles como el uso de materiales orgánicos, reciclados o nuevos materiales.

Esta es la experiencia particular de la dupla creativo-productiva conformada por Priscilla Huaman, diseñadora textil y Diego Yáñez, creador audiovisual, ambos enfocados en la producción de piezas de vestir unisex, las que son acompañadas de contenidos audiovisuales inspirados en la preservación del medio ambiente y los fenómenos artísticos. Ambos son fundadores de la marca Huaman Autor y les hemos invitado a compartir su experiencia de moda sostenible socialmente en la siguiente entrevista:

¿Qué prácticas identificas en tu proceso de producción que podrían considerarse como parte de un proceso sostenible socialmente?

La colaboración con artesanas locales: La integración de artesanas de la provincia de Petorca, que es una región con problemas de suministro hídrico. En específico en la Ligua y Valle Hermoso, siendo este un lugar patrimonial del hilado y tejido nacional que viene deteriorándose cada vez más a razón de la competencia del retail transnacional. Para contrarrestar estos aspectos negativos, Huaman Autor escoge trabajar en el proceso de producción con hilanderas y artesanos de la región, demostrando un compromiso directo con el desarrollo de las comunidades locales, generando empleo, capacitando y preservando las habilidades artesanales tradicionales como patrimonio cultural y reconstrucción social descentralizada.

La promoción de la Economía Circular: Ofrecer servicios de reparación y transformación de prendas refleja un enfoque hacia la economía circular. Al prolongar la vida útil de las prendas, Huaman Autor reduce el desperdicio y fomenta un consumo más sostenible. Al mismo tiempo, fortalece el trabajo con los colaboradores nacionales que están constantemente empleados para trabajar en prendas terminadas sino también para los servicios de postventa. Esta producción circular hace que las relaciones laborales sean más estables entre la marca y sus colaboradores por demanda de productos y también servicios, lo que genera una reducción de stock y consumo, al ser diseños de calidad perdurables y que podrían ser modificados para renovar su uso.

El uso de materiales sostenibles: El uso de materiales nacionales tanto orgánicos, reciclados, como las redes de pesca en desuso, muestra nuestro compromiso con el impacto ambiental y la reducción de la huella ecológica por traslado de materias primas. Muchas marcas traen insumos o materias primas “sostenibles que no tienen un origen local ni nacional”, dicha visión es contradictoria en relación a la huella de carbono de esas marcas, ya que la quema de combustible fósil en grandes cantidades contribuye al efecto invernadero planetario que se da a través de embarcaciones de gran envergadura como buques de carga o aviones. 

La transparencia en la comunicación: La creación de videos que documentan los procesos de producción no solo brinda transparencia a los consumidores, sino que también destaca el valor del trabajo artesanal y la dedicación detrás de cada prenda enmarcada en lo que denominamos “comercio justo”. 

La variedad de líneas de productos: La diversidad de líneas de productos, como upcycling, básicos, zerowaste y atelier, sugiere una adaptabilidad a diferentes preferencias de los consumidores y una conciencia de la diversidad de estilos de vida. Apuntamos siempre a estilos de vida que contemplen el medio ambiente e involucren a todas las etnias y grupos sociales sin hacer distinciones.

¿Por qué y cuándo decidieron hacer moda que fuese socialmente sostenible en su creación?

En el caso de Priscilla desde pequeña empezó a cuestionarse sobre el destino de los desperdicios generados por la industria de la moda, que era donde trabajaban sus padres. Esta conciencia ambiental la llevó a tomar la decisión de estudiar diseño de indumentaria en Argentina, siempre con un objetivo claro en mente: establecer una marca en la que se respetara tanto el medio ambiente como los aspectos sociales. 

Diego, por su parte, decidió adentrarse a las prácticas de diseño sostenible como una exploración artística en el entrecruce del arte y el diseño de indumentaria; como prolongación del cuerpo y tecnología de la identidad.  A través de la animación, el código creativo, los medios audiovisuales y multimediales, lleva a cabo proyectos de animación utilizando basura y fashion films de técnica mixta que apuntan a la conciencia medioambiental y al tema filosófico sobre el cuerpo y el entorno. 

Fundamos la marca pensando en concretar un proyecto que realmente pudiera triangular el arte, el diseño, la sociedad y la economía circular. 

¿Existe apoyo de parte del mundo privado o del público para quienes emprenden bajo el sesgo de la moda sostenible socialmente?

Están comenzando a aparecer iniciativas y concursos que incentivan el apoyo de emprendimientos sostenibles, un poco impulsado por la tendencia de moda global, un poco por conveniencia comercial, pero no es suficiente. Faltan instancias donde se valore lo que conocemos como “Moda Circular” y no tanto lo que nosotros denominamos “gestión de materiales” como pueden ser propuestas industriales de procesos manufactureros que en algunos casos poco tienen que ver con el concepto de moda más que aprovechar dichos materiales.

Existen errores conceptuales con respecto a lo que es la moda como término y que involucra, y las medidas que se pueden tomar como marca sostenible. No es lo mismo la venta de indumentaria de segunda mano o la venta de materiales reciclados. Esto hace que sean poco claras las instancias concursables, de participación o apoyo de ambos sectores con diferentes diseñadores y marcas, sobre todo los emergentes con potencial escalable. Sin duda, las iniciativas tanto públicas como privadas son hoy indispensables para crecer y son altamente perfectibles.